Para los ojos inspiradores que más me ha dolido perder...
Sueños lúcidos
Te
encuentro entre telarañas oníricas, desafiando sus tejidos con mis
dedos cansados de no sentirte. Sueños en los que tus ojos fulminan
mi olvido con su mirada de ayer. Tus manos que conservan esa tersa
textura de tela fina, y ese agite, como estuviesen a la expectativa
de algo, de alguien. Repaso el cuerpo que hacía años que no
conocía: los pequeños pechos de piel manzana, sus perfectos pezones
violáceos, su cuello de frágil calada, la boca violenta que
endurece cómplices. Se rompe la red, ya no te veo. De nuevo la
triste realidad, como cantara Serrat: “Entre la almohada y mi
soledad”.
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